Yo, Simon, Homo Sapiens de Becky Albertally
No estoy de humor para aguantar a mi familia, la verdad. Tengo casi una hora muerta antes de la cena, y eso significa una hora intentando transformar mi jornada escolar en una anécdota graciosa tras otra. Así son mis padres. No se conforman con que les cuentes que la profe de francés iba luciendo culote ni que a Garrett se le ha caído la bandeja en la cafetería. Tienes que montar un numerito. Hablar con ellos es más agotador que llevar un blog
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