Donde no haya niebla de Beatriz Esteban
«Todo irá bien.» Fueron las mismas palabras que le había escuchado cada noche a mi padre, las mismas que me decía al despertar de una pesadilla, cada vez que me ponía una tirita sobre las heridas. No significaba que no doliera. No significaba que dejara de tener miedo. Era una promesa, un «Sigues aquí, Nessa; y esto es lo que significa sobrevivir».
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