Los hombres de Wilmet de Barbara Pym
Abril fue templado y encantador, además de cruel en el sentido que le daba el poeta, mezclando el recuerdo con el deseo. El recuerdo era de otras primaveras, el deseo apenas formulado, apenas reconocido, era apartado por mí a manotazos porque no parecía tener cabida en la vida que yo había elegido vivir.
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