Auður Ava Ólafsdóttir

¿Me echará el mundo de menos? No. ¿Será el mundo más pobre sin mí? No. ¿Se las arreglará el mundo mi ausencia? Sí. ¿Es hoy el mundo un lugar mejor que antes de mi llegada? No. ¿Qué he hecho yo para mejorarlo? Nada.

La tierra parece una esponja putrefacta, la muerte está presente en cada paso. La naturaleza es una tumba abierta.

No encajo en ningún sitio, Hekla. A alguien se le olvidó clasificarme.

Que vivir contigo es como estar siempre en un pantano en la niebla.

-¿Nos recuperaremos alguna vez del hecho de haber nacido? -me preguntó un día Svanur-. Si nos preguntaran antes nuestra opinión- añadío-, quizás preferiríamos no nacer.

-Ya no puedo leer libros -lo oigo decir-. De pequeño leía mucho pero con la guerra dejé de hacerlo.
Titubea de nuevo.
-Basta una frase para hacer volar un pueblo por los aires. Dos frases para aniquilar el mundo.

Así alcanzamos un punto medio: yo le aportaba sufrimiento, ella me asignaba tareas.

Rompo los huevos en la sartén y saco un paquete de beicon de la nevera. Luego le digo a mi vecina que echo de menos a mi marido y que me parece impensable imaginarme el resto de mi vida sin él.

-Por mi propia experiencia, conozco lo que se siente al ser rechazado y quiero que sepas que te entiendo bien.

Debería decirle a esta mujer joven que sueña con escuchar el repicar de la lluvia en un cubo de hojalata que ya verá cómo del polvo renacerá el verde? Hasta podría citarle el romance sonámbulo del poeta al que dispararon y enterraron en un lugar desconocido para convencerla de que aquí brotará el verde que te quiero verde.

-¿Llevas mucho tiempo solo?
- Seis meses
Si me hubiera preguntado cuánto tiempo llevo sintiéndome solo, habría respondido ocho años y cinco meses.

—A mí me hubiera gustado estudiar Historia —dice levantando la cabeza—. Es decir, si hubiera podido ir a la universidad. Más tarde, cuándo descubrí que solo la escriben los vencedores en su propio beneficio, se me quitaron las ganas.

A veces me gusta más pensar en Aurora que tenerla a mi lado. Pero eso ella nunca lo entendería

La piel es el órgano más grande del cuerpo. En un adulto, lapili ocupada una superficie de unos dos metros cuadrados y pesa cerca de cinco kilos. En el caso de otros seres vivos, se habla más bien de pellejo o pelaje. En islandés antiguo, la palabra piel también significa 'carne'.

Los culpables somos nosotros: los que sabemos, pero no actuamos.

Cada sufrimiento es único y diferente, por eso no se puede comparar uno con otro. En cambio, la felicidad es toda muy parecida.