Todo es posible 1: París. Nueva York. Copenhague de Audrey Carlan
—Y luego estás tú, mi guapetón, ¡al que llaman el Forjador de Sueños, nada más y nada menos! Ahora que llevo dos semanas trabajando contigo, entiendo que te lo pusieran. Ayudas a tus clientas a darse cuenta de su potencial. Lo que has hecho conmigo..., ayudarme a encontrarme a mí misma, a averiguar lo que quiero en mi futuro y en mi carrera... —sacude la cabeza—, es realmente increíble. —Me apoya la mano en la mejilla y me acaricia el labio inferior con el pulgar.
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