OCURRIÓ EN PARÍS de Arwen Grey
Sonaba ridículo. Era la cosa más absurda que le había ocurrido jamás. Estaba convencido de que el amor a primera vista no existía y, de hecho, se hubiera reído de cualquiera que se lo hubiera planteado hace unas semanas, pero ahí estaba, dispuesto a partirle la cara a Philippe Duboisis si osaba siquiera ponerle un dedo encima a la mujer que amaba.
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