OCURRIÓ EN PARÍS de Arwen Grey
Soline se preguntó con cuántas mujeres le habían funcionado aquella sonrisa deslumbrante, esa mirada cálida y hermosa y esa voz grave. Sin duda, con cientos. Reconoció un aire depredador en él en cuanto comprobó que era joven y guapa, y que estaba sola, además. Lástima que a ella no le interesara en absoluto, a pesar de su elegancia y su indudable atractivo.
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