Arturo Úslar Pietri
El primer equívoco fundamental fue el que tuvo Colón al pensar que aquellos hombres extraños que había topado en las Antillas pertenecían al continente asiático. Llamarlos indios fue la primera y irremediable falsificación. De allí en adelante, aun después de haber sabido que se encontraban en presencia de una masa continental distinta de Asia, continuaron sucesivamente las deformaciones conceptuales. El rechazo de la realidad comenzó con el cambio de nombres, como si se hallaran ante una tabla rasa, sin pasado ni vida propia. Guanahaní fue San Salvador, como fue también el caso de La Espanola. Se trasladaron los nombres de ciudades y regiones españolas y las invocaciones religiosas consuetudinarias. La realidad de la geografía humana fue cubierta por un espeso manto de nombres, nociones e instituciones que nada tenían que ver con aquellas gentes desconocidas.
Fue en el más exacto sentido de la palabra la superposición de imágenes españolas y de visiones europeas sobre un mundo que era totalmente diferente. Una creación casi poética o totalmente poética de metáforas e imágenes europeas sobre aquel mundo sin nombre y totalmente desconocido. Desde el "Descobrimiento" hasta hoy ha sido un mundo desconocido en su realidad profunda.
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