Arturo Pérez-Reverte
Lo suficiente para saber que con sólo reputación no se ganaban batallas. Y que Dios, moro o cristiano, tenía la costumbre de ayudar a los enemigos cuando eran más numerosos que los amigos.
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Arturo Pérez-Reverte
Lo suficiente para saber que con sólo reputación no se ganaban batallas. Y que Dios, moro o cristiano, tenía la costumbre de ayudar a los enemigos cuando eran más numerosos que los amigos.
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