El italiano de Arturo Pérez-Reverte
—Quería verlos sangrar, aunque fuera un poco —prosiguió—. Contribuir a eso. Desmentir el papel pasivo de mujer que espera en el hogar mientras los hombres ajustan cuentas con la Historia… Me negaba a mirar la llanura de lejos, desde lo alto de las murallas de Troya: también yo era capaz de incendiar las naves negras varadas en la orilla.
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