2010: Odisea dos de Arthur C. Clarke
En el lado opuesto del cielo, siempre con la misma cara vuelta a su gigantesco amo, lo era un bullente caldero de rojos y anaranjados, con esporádicas nubes amarillas surgiendo con violencia inaudita desde el cráter de uno de sus volcanes, para volver a caer suavemente sobre su superficie. |