BAJO EL CIELO DE PARÍS: Relato Romántico de Arlette Geneve
(…) Por alguna inexplicable razón, no podía apartar los ojos de ella, ni comprendía las ganas que sentía de pasar la yema de los dedos por las mejillas lozanas. Por la piel sedosa del cuello que le parecía tan incitante y subyugador.
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