Protectores de Arianne Martín
—¡Lucas! —exclamó, loca de emoción—. Es Harry Potter. Sabía cuánto había deseado el libro desde que lo vio por primera vez en la librería. La miré sonriendo. Era la viva imagen de la felicidad. —Sabes que no hay manera de que volvamos a envolver estos paquetes, ¿verdad? —Lo sé, Lucas, pero no me importa, ¡es Harry Potter! |