El baile de la Victoria de Antonio Skármeta
Es decir, en la vida se da junto lo grande y lo pequeño. Pero como estamos siempre viviendo en lo pequeño no alcanzados a darnos cuenta de qué parte de lo grande es lo pequeño.
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Calificación promedio: 5 (sobre 61 calificaciones)
/El escritor chileno Antonio Skármeta nos habla de cinco (+1) libros que recomienda leer a los jóvenes. #libros #lecturas #books #literatura #lector #lectora
El baile de la Victoria de Antonio Skármeta
Es decir, en la vida se da junto lo grande y lo pequeño. Pero como estamos siempre viviendo en lo pequeño no alcanzados a darnos cuenta de qué parte de lo grande es lo pequeño.
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El baile de la Victoria de Antonio Skármeta
Era más que la indignación y el asco, mucho más que el amor y la ternura ofendida, infinitamente más que el odio minucioso al mundo y sus bestias, eternamente más que la rabia por virilidad celosa pisoteada, más enceguecedora que la sangre agolpada en sus ojos.
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El baile de la Victoria de Antonio Skármeta
Iba a domesticar su rebeldía de artista. Apagaría de un manotazo el incendio de sus venas que le hacía imaginar sin tregua los mejores pasos si llegara a ser la heroína del ballet La bayadera.
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El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
Mario no pudo evitar sentir que cada vez que tocaba el timbre asesinaba la inspiración del poeta, que estaría a punto de incurrir en un verso genial.
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El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres.
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El baile de la Victoria de Antonio Skármeta
En el mundo de los hampones sólo funciona la violencia o la paciencia. La primera e hará rico o te traerá de vuelta a la cárcel. La segunda te mantendrá pobre pero libre, había dictado cátedra el Enano Lira. A medida que pasaba el tiempo, la pobreza se le hizo insoportable. |
El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
Mi salud no está bien. Me falta el mar. Me faltan los pájaros. Mándame los sonidos de mi casa. Entra hasta el jardín y deja sonar las campanas. Primero graba ese repicar delgado de las campanas pequeñas cuando las mueve el viento, y luego tira de la soga de la campana mayor, cinco, seis veces. ¡Campana, mi campana! No hay nada que suene tanto como la palabra campana si la colgamos de un campanario junto al mar.
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El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
Mario mantuvo su mirada en los ojos de ella y durante medio minuto intentó que su cerebro lo dotara de las informaciones mínimas para sobrevivir el trauma que lo oprimía: quién soy, dónde estoy, cómo se respira, cómo se habla
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El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
Mario sintió sus ojos húmedos, y la voz le salió también mojada.
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El cartero de Neruda de Antonio Skármeta
Pero los trenes que conducen al paraíso son siempre locales y se enredan en estaciones húmedas y sofocantes. Sólo son expresos aquellos que viajan al infierno.
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