SALVAJES de Antonio Ramos Revillas
Lo mejor de vivir en donde vivimos es que tenemos la mejor vista. A veces saco mi colchoneta y me tumbo en el techo de la casa y ahí me duermo. Desde ahí puedo observar la ciudad de noche: las luces inmóviles y las pasajeras se mueven por las avenidas como sangre en las venas de un animal viejísimo. A veces, pienso, somos eso: luces que se mueven un ratito sobre una avenida ancha y se pierden en la noche.
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