El sabor del hierro en el agua de Antonio López Sousa
Las Parcas no habían sido benévolas al tejer los hilos de su vida. Muy al contrario, su sino había sido escrito con crueldad en la gran pared de bronce donde las tres hermanas tallaban sin descanso los destinos de toda la humanidad. Y nada ni nadie podía borrar lo que ya había sido trazado por ellas, ni siquiera los dioses.
|