Las Afueras de Dios de
Antonio Gala
Para empezar a descubrirte a tu mismo hace falta profundidad, soledad y retiro. Quien se conoce a sí mismo, conoce todas las cosas y todas las respuestas… Si no creo en mi, ¿cómo puedo creer en Dios o en ti? Yo debo estar convencida de que no sólo soy un accidente producido por unos gestos de mi padre y de mi madre, sino algo superior, alguien que porta un encargo que cumplir… Hay que ser optimista y saltar por encima de lo que vemos. Si el mundo fuese sólo lo que los ojos columbran o lo que entiende la inteligencia, peligraría el futuro, más aún, sería una experiencia aterradora… Por eso hay que recuperar una nueva inocencia para no tener que apoyarse siempre en el pensamiento, ni en la necesidad, ni en la posesión, para vivir.