Las Afueras de Dios de Antonio Gala
Quizá la única convicción a la que he accedido es la de que Dios no ha creado el mundo de una vez por todas. No ha instalado aquí un orden inmutable ni una autoridad intangible. Creo que no cesa de recrear el mundo. Y es el hombre, el pobrecillo hombre, situado a las afueras de él, quien tiene la responsabilidad de ser su delegado y su continuador. No hay ningún Dios que esté por encima y por fuera de nuestra vida. No hay crecimiento que no proceda desde dentro y desde abajo… Ir contra esta idea pienso que es el pecado verdadero: interrumpir la labor de Dios, cuyos factores somos ya nosotros… Eso es quizá lo único que he aprendido. Lo otro deriva de eso.
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