Un soñador para un pueblo de Antonio Buero Vallejo
ESQUILACHE.—¡Ecco! El bando que descubrirá las caras; el bando que evitará tanto crimen y tanta impunidad. Un buen tanto en la partida emprendida, ¿eh? Un poco más de higiene en los cuerpos y en las almas. Los madrileños parecerán al fin seres humanos, en lugar de fantasmones.
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