Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo
Generosa.— Muy disgustado, hijo. Como lo retiran por la edad… Y es lo que él dice: «¿De qué sirve que un hombre se deje los huesos conduciendo un tranvía durante cincuenta años, si luego le ponen en la calle?». Y si le dieran un buen retiro… Pero es una miseria, hijo; una miseria. ¡Y a mi Pepe no hay quien lo encarrile!
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