Leer contra la nada de Antonio Basanta
A su rumor, la palabra se hace más fácilmente reconocible. «Me suena», decimos coloquialmente cuando queremos significar que tenemos un recuerdo, aunque sea vago, de aquello que traemos a colación. ¿Y cuántas veces, para recordar un hecho, una experiencia, un acontecimiento, no hacemos sino verbalizar repetidamente una palabra con la intención —frecuentemente lograda— de que ella nos lleve al esclarecimiento de un concepto, de un dato, de una persona, de una experiencia?
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