La mujer de la libreta roja de Antoine Laurain
Una presencia singular. Como la de un animal de compañía que te han confiado y que te sigue a regañadientes. Laurent apretaba la bandolera como si fuera una correa, después de replegarla un poco en la palma de la mano para evitar que el bolso se balancerara en exceso a ojos de todo el mundo.
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