Nos vemos en el museo de Anne Youngson
Ayer, mientras recogía unas frambuesas tempranas, pensaba en cómo la gente de la Edad de Hierro confiaba en vivir otra vida después de la que estaban viviendo. Siempre que recojo frambuesas, recorro la mata con la mayor atención posible, buscando los frutos maduros. Pero por muy atenta que esté, cuando me doy la vuelta para regresar, encuentro frutos que no había visto al acercarme a la plantas desde la dirección opuesta. Otra vida, pensé, sería como un segundo examen a la mata de frambuesas; vería cosas buenas que no he visto en mi primera vida, pero supongo que descubriría que la mayor parte de los frutos ya estaba en mi cesta.
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