![]() |
Los alcatraces de Anne Hébert
… observo el mar como si nunca lo hubiera visto. En esta agua que cabrillea, en la que cada ola cabrillea y crepita como balas de fusil, como mil balas de fusil disparadas a a vez, se forma una muralla crepitante, asciende, alcanza su cima, para desplomarse al momento burbujeante sobre la arena, agonizante sobre la arena, en un hilillo de espuma, como un escupitajo blanco.
|