Listas, guapas, limpias de Anna Pacheco
Carlos cantaba sin parar otra canción de la maqueta de Estopa, que yo ya me sabía casi de memoria porque fue la primera que escuché y enseguida se convirtió en mi favorita. Era la que empezaba diciendo que fui a la orilla del río y vi que estabas muy sola. Carlos la cantaba en voz alta y la acompañaba con palmas; yo, a su lado, movía los labios flojito, por debajo de su tono, dejando claro que, aunque no cantara alto, también me sabía la letra. Mientras hacía eso, me sentía mayor y por lo tanto más cerca de Carlos.
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