Justicia auxiliar de Ann Leckie
Los pensamientos son efímeros. A no ser que se conviertan en acción y, nada más surgir, se les de una forma material, se evaporan. Lo mismo ocurre con los deseos y las intenciones. Carecen de sentido a menos que nos empujen a tomar decisiones en uno u otro sentido, a convertirse en hechos o acciones por insignificantes que estas sean. Los pensamientos que nos empujan a actuar pueden ser peligrosos, pero los que no se convierten en acciones son menos que nada.
|