Radio Popov y los niños olvidados de Anja Portin
Estaba lleno de rabia. Rabia hacia mi padre. Rabia hacia los niños olvidados y sus padres. Rabia hacia Amanda, hacia el cuervo que graznaba en lo alto del armario y el gato que ronroneaba junto al horno. Estaba tan enfadado que habría podido partir el mundo en dos con un movimiento de la mano. En un lado habría brillado a veces el sol y a veces la luna, en el otro lado habría habido siempre oscuridad.
|