Bienvenidos a High Rising de Angela Thirkell
La mañana del sábado amaneció despejada y radiante. El sol brillaba, el cuco cantaba a voz en cuello desde la arboleda cercana, otros pájaros menos reconocibles emitían unos sonidos pajareros adecuados. En el bosquecillo, las prímulas crecían en vulgar profusión, un halo de neblina azulada presagiaba la llegada de las campánulas, el blancor de las anémonas seguía inundando los claros.
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