La sangre de los elfos de Andrzej Sapkowski
La intolerancia y la superstición siempre fueron propiedad de los tontos que hay en el vulgo y nunca, opino, podrán ser arrancados de la tierra, pues tan eternas son como la misma estupidez. Allá donde hoy se irguen montañas, habrá alguna vez mar, allá donde hoy se encrespa el mar, habrá alguna vez desierto. Pero la estupidez permanecerá como estupidez.
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