El origen de Andrew Fukuda
Los ojos se le iluminan por el recuerdo. «Tienes la respuesta delante de tus narices.» Asiento. —No me puedo quitar de encima la sensación de que me ha dejado una pista en algún lugar de esta aldea. Justo delante de mí. Delante de las narices. Y sólo tengo que encontrarla. —Me vuelvo para mirarla—. Ahí fuera hay respuestas. Y están esperando a que las encontremos. |