Nora de Andrea Villasante
... Aprendí a disimular y ha manejar la hipocresía tan bien que mi superiora pensaba de mi lo mejor y encontraba siempre aceptables mis inclinaciones. Me concedió muchos privilegios, de los que yo abusaba, y como era buena y virtuosa y creía que yo trataba de acercarme a Dios con cristiana perfección, me invitaba frecuentemente a conversar con venerables monjes, y yo le seguía el humor para contentar la y así pasar el tiempo. Su misión no era otra que la de eclipsar a sus hermanitas de convento. Padecía un grave complejo de superioridad
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