Caótica Jimena de Andrea Longarela
Quise mandar al carajo todo, el cuidado que llevaba siempre con Jimena para que no se sintiera incómoda, su negativa constante a que ni siquiera me acercase más de la cuenta a ella, el saber que aquello solo podía estropear las cosas. Quise olvidarme de todo y besarla. Y no hablo de follármela a lo bestia y sin mucho mimo, no. Hablo de besarla para decirle con mi boca que no está sola, que no tenía por qué estarlo siempre.
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