El violinista en el balcón de Ana Alvarez
(…) su corazón ya no le pertenecía, lo había enviado a través de la calle desde la primera nota que tocó para ella el día de su cumpleaños.
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El violinista en el balcón de Ana Alvarez
(…) su corazón ya no le pertenecía, lo había enviado a través de la calle desde la primera nota que tocó para ella el día de su cumpleaños.
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