Riquete el del Copete de Amélie Nothomb
De un tiempo a esta parte se viene sosteniendo que la fealdad tiene un origen cultural y que la cultura nos habría inculcado el considerar bellas o feas a las personas, los animales o las cosas. Se confunde la esencia con el detalle. Si bien es cierto que es la cultura la que define las variaciones de lo bello en función de las épocas y de los lugares, la idea de belleza es anterior. Nacemos con esa obsesión, hasta el extremo de que los niños se sienten naturalmente atraídos por las personas bellas y repelidos por las feas.
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