Graziella de Alphonse de Lamartine
[...] me regocijaba pensando que aquella pobre casa por lo menos me amaba, y que no existen tapices, colgaduras ni cortinas de seda que valgan lo que un poco de apego.
|
Calificación promedio: 5 (sobre 2 calificaciones)
/
Graziella de Alphonse de Lamartine
[...] me regocijaba pensando que aquella pobre casa por lo menos me amaba, y que no existen tapices, colgaduras ni cortinas de seda que valgan lo que un poco de apego.
|
¿En que trabaja Kote?