El corazón helado de Almudena Grandes
-¿Y por qué no os venís con nosotros, abuela? -Porque a tu abuelo no le da la gana, porque es el hombre más cabezón que hay en el mundo. Cuando quisieron darle la nacionalidad francesa, no la quiso él, cuando pudimos empezar a ahorrar, se negó a comprar un piso. Aquí estamos y aquí seguiremos. Nos volveremos los últimos, mira lo que te digo, los últimos. -Pero a ti te gustaría... -Claro que me gustaría -la abuela sonrió, se sentó en una silla, la cogió en brazos. Si me hubiera casado con un francés, como Olga, pues no, pero... Me casé con tu abuelo, tuve esa suerte, porque hemos sido muy felices pero siempre en español, hablando en español,cantando en español, criando hijos españoles, con amigos españoles, comida española, costumbres españolas, comiendo tarde y cenando más tarde todavía, trasnochando y durmiendo la siesta. Aprendí a guisar igual que mi suegra, cocido los sábados, paella los domingos, lo he seguido haciendo todos estos años. Ahora ya no sé qué hacemos aquí, qué vamos a hacer aquí, sobre todo cuando os volváis vosotros. Si fuera por mí, ya estaríamos en Madrid. |