Estaciones de paso de Almudena Grandes
Las voces se interpelaban, se cabalgaban y se increpaban con un acento siempre chillón de indignación o de burla, llegaban a mis oídos muy amortiguadas, como la banda sonora de una pesadilla de otro.
|
Estaciones de paso de Almudena Grandes
Las voces se interpelaban, se cabalgaban y se increpaban con un acento siempre chillón de indignación o de burla, llegaban a mis oídos muy amortiguadas, como la banda sonora de una pesadilla de otro.
|