La mujer fugitiva de Alicia Giménez-Bartlett
Lo malo de descuidar las relaciones humanas es que el tiempo que no les consagras nunca se puede recuperar después.
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La mujer fugitiva de Alicia Giménez-Bartlett
Lo malo de descuidar las relaciones humanas es que el tiempo que no les consagras nunca se puede recuperar después.
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Ritos de muerte de Alicia Giménez-Bartlett
Hay flores, Garzón, que salen en las cunetas sin simientes ni cuidados. Nadie las riega, nadie se fija en ellas. Sólo reciben la bendición de la lluvia, el sol...
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Muertos de papel de Alicia Giménez-Bartlett
De todo lo que me ha pasado en la vida, no entiendo ni la mitad. Las cosas pasan, y a veces no hay nada que entender.
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La presidenta de Alicia Giménez-Bartlett
Los fantasmas mentales nos acosan siempre cuando no tenemos seguridad en lo que estamos haciendo.
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Sin muertos de Alicia Giménez-Bartlett
Sólo el infierno que describe santa Teresa me producía un poco de zozobra, porque daba en el clavo de mi sensibilidad. Para la santa, el infierno es un túnel oscuro por el que vas caminando sin esperanza de salir, y aunque atisbes cierta luz que indicaría el final, sabes a ciencia cierta que ese final no existe para ti.
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La presidenta de Alicia Giménez-Bartlett
Se acabó, ya es suficiente, hasta aquí hemos llegado. Antes no pasaban estas cosas. Antes se respetaban las normas, las jerarquías, y la manera de hacer las cosas se encuadraba siempre dentro de la normalidad. ¿Y a qué se debe este cambio caótico? No puedo decirlo en público, pero lo sé muy bien : las mujeres. Las mujeres que ahora nacen como setas en cualquier profesión. Las mujeres que han entrado a saco en la judicatura, en la medicina, en la policía, en la política, en todas partes menos en el papado. ¿Es que la naturaleza no encontró más solución que los sexos para evolucionar? Dios eterno!, me jubilo sin falta, se acabó. (Dicho por el juez García Barbillo, página 307) |
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La presidenta de Alicia Giménez-Bartlett
A veces hay manchas en el pasado de una persona que no se podrán limpiar jamás.
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Sin muertos de Alicia Giménez-Bartlett
—El amor es como alguien que se presenta a cenar sin que lo hayas invitado. ¿Y qué vas a hacer, echarlo? Habrá que sentarlo a tu mesa y dejarlo comer en paz.
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Serpientes en el paraíso de Alicia Giménez-Bartlett
En la vida pasan cosas terribles continuamente. A veces pienso que en eso consiste la vida en ir sorteando un montón de infelicidades que se nos vienen encima.
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Crímenes que no olvidaré de Alicia Giménez-Bartlett
¿Por qué el amor debe ser necesariamente hermoso, enmarcable en un cuadro, empaquetable en un libro, interpretable en una sinfonía? Ni hablar, hay amores que dan asco y que después acaban fatal.
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Serpientes en el paraíso de Alicia Giménez-Bartlett
Uno vive, trabaja, se enamora, come, duerme y siempre tiene la impresión de que está a tiempo aún de acometer cualquier cosa, pero no es verdad. Un buen día te percatas de que el camino que has emprendido anula para siempre ciertas posibilidades
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La presidenta de Alicia Giménez-Bartlett
El descanso le sentó bien después de todo. Habían comido, charlado, tomado el sol..., a nadie puede sentarle mal semejante plan.
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Donde nadie te encuentre de Alicia Giménez-Bartlett
Los rasgos de esa Pastora a quien usted a dedicado su trabajo son de un interés enorme para mis investigaciones: un ser cruel y despiadado, de sexo dudoso, solitario, capaz sobrevivir en la montaña y de esquivar a sus innumerables perseguidores hasta el punto de hallarse libre aún...
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Día de perros de Alicia Giménez-Bartlett
Yo he visto muchas cosas en este mundo, ya se lo imagina (…): niños abandonados, suicidas colgados de una viga, putas jóvenes apaleadas… pues bien, siempre he procurado no compadecerme en exceso de nada. Es la manera de no acabar en un psiquiátrico.
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Día de perros de Alicia Giménez-Bartlett
Dinero y amor. Brutalidad y despecho. Vulgaridad. Las razones para matar se cuentan con pocos números, son las mismas desde Shakespeare, desde Caín y Abel. Todo lo demás es repetición. La vida es casi tan tonta como la muerte, y muchísimo más pesada.
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Ritos de muerte de Alicia Giménez-Bartlett
Algo estaba demostrándose ante mí diáfanamente: un policía no es Papa Noél. Nadie parece quererlo, ni las víctimas, ni los testigos, ni sus superiores, ni los periodistas, ni la sociedad...Todo policía haría bien en comprarse un perro con tal de asegurarse un mínimo amor.
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La presidenta de Alicia Giménez-Bartlett
Le hubiera gustado nacer por esporas, sin hermanos, ni familia, ni ubicación fija en el mundo. Que el viento la llevara de aquí para allá hasta que germinara en un sitio y creciera con el sol.
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Muertos de papel de Alicia Giménez-Bartlett
—¿Cómo es posible que este tipo ganara tanta pasta por remover en el fango —Ahí es donde se encuentran las pepitas de oro, ¿no? |
Gregorio Samsa es un ...