Nosotros en la luna de Alice Kellen
Dicen que es durante los silencios cuando uno se da cuenta de que tiene delante a la persona adecuada. Yo pienso que es mentira. O que a esa información le faltan matices. Un silencio puede ser cómodo, puede estar vacío. Y otros silencios pueden ser tensos, electrizantes, pero significarlo todo. Como el que compartí con Ginger, más que medio año atrás en aquella bohardilla, cuando sentía el pulso de su muñeca latir contra mis dedos, mientras contemplábamos la luna llena y brillante. Supongo que cada instante es irrepetible. Que nada puede ser igual.
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