29 balas y una nota de amor de Alfonso Egea
Un lobo siempre será un lobo. Lo domesticarás desde que nace, le enseñará a comer en tú mano, te traerá una pelota de tenis si se la lanzas, pero un lobo nunca será un Labrador, un lobo será un lobo hasta el minuto inmediatamente anterior a morir.
|