Otro mundo de Alfons Cervera
Ahora ya conozco tu historia. Y qué. Qué hago con ella. Me pasé todos estos años haciéndote preguntas, y estaba seguro de que las pocas veces que contestabas te habías inventado todas las respuestas. Dejo aquí la escritura, del lado de la intemperie, al abrigo sólo de los invisibles perros guardianes del pantano, de la fragilidad tantas veces intrusa de la memoria, de aquella sombra que todas las noches entraba en nuestra habitación y nos decía, mientras mi hermano se quedaba mirando los ojales de la camisa o el jersey, que ya era hora de levantarnos porque la masa estaba a punto de levadura. Todo regresa al principio porque el final y el principio se confunden en la seguridad de que ha de tener un sentido lo que nos pasa.
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