La noche que paramos el mundo de Alexandra Roma
Dicen que es imposible reconocer el segundo exacto en el que te enamoras de una persona. Al fin y al cabo, querer es un cúmulo de momentos. Se ama poco a poco. Lento. Alimentando con mimo a la oruga para que un día se convierta en mariposa. Un proceso tan gradual que un día sencillamente lo notas en tu corazón al despertarte y el cuándo y cómo entró es una pregunta sin respuesta. Pero yo lo hice allí. Sentí las compuertas abiertas y el pie de Noah al traspasarlas. |