Las doncellas de Alex Michaelides
Se había quedado sin habla. Sabía que era más fácil enfrentarse a la ira que a la tristeza, pero ella, que tenía una sensibilidad tan fina para percibir las emociones, no captaba tristeza algúna. Allí no había duelo, ni pesar, ni sentimiento de pérdida. Solo desden. Solo desprecio. Era extraño, cuando un grupo cómo ese se enfrentaba a un ataque exterior, solía cerrar filas, unirse, afianzarse más, pero a Mariana le daba la impresión de que la única persona del Saint Christopher’s que había expresado una emoción real por la muerte de Tara, o de Verónica, era Zoe. |