Seda de Alessandro Baricco
A su mujer, Hélène, le trajo de regalo una túnica de seda que ella, por pudor, nunca se puso. Si se sostenía entre los dedos era como coger la nada.
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Seda de Alessandro Baricco
A su mujer, Hélène, le trajo de regalo una túnica de seda que ella, por pudor, nunca se puso. Si se sostenía entre los dedos era como coger la nada.
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