Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
He llegado a un punto en que nadie, rey ni hombre, puede ya prevalecer sobre mi opinión
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
He llegado a un punto en que nadie, rey ni hombre, puede ya prevalecer sobre mi opinión
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
Un sátiro!-pensó, con ese odio profundo que los muy jóvenes profesan a los hombres maduros que todavia piensan en el amor - ¡Y al que ninguna mujer se ha resistido todavía! iUn hombre rodeado de mujerzuelas, que reparte florecillas de oro y de diamantes, y que tiene pintores que retratan a sus amantes vestidas de diosas!
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
¡Ah! Yo siempre estoy pensando, y pienso en cosas en las que los demás, por desgracia, no suelen pensar
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
¿Creéis en mi instinto? Antes creíais en él. Pues bien, mi instinto me dice que tenéis un proyecto oculto
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
Porthos tenía el ronquido armonioso, y se podía hablar teniendo de fondo aquella especie de contrabajo, como si fuera una melopea antigua
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
Yo os habré dado el trono de Francia, y vos me daréis el trono de San Pedro. Cuando vuestra mano leal, firme y armada tenga como mano gemela la de un papa como yo, ni Carlos V, que poseyó las dos terceras partes del mundo, ni Carlomagno, que lo poseyó entero, la llegarán a la cintura
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
¿Iba a fracasar en un plan tan vasto, por no haber previsto la influencia que ejercían en un cuerpo humano unas cuantas hojas de árbol impulsadas por unos cuantos litros de aire?
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
Vuestro hermano, cautivo, olvidado, restringido, no soportará esa injuria, y Dios se llevará su alma a su debido tiempo, es decir, próximamente
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
¡Qué pequeña es mi prisión y que baja es esta ventana! ¡Qué estrechas son estas puertas! ¿Cómo ha podido pasar por ellas y caber aquí tanto orgullo, tanto esplendor y tanta felicidad!
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
Para salvar, no la vida, sino la libertad, vuestro tío sacrificó la vida de todos sus amigos, uno tras otro. Por ello es hoy día la vergüenza de la historia y la expectación de cien familias nobles de este reino
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
El gentilhombre que me atendía me había enseñado todo lo que sabía: matemáticas, un poco de geometría, astronomía, esgrima y equitación. Todas las mañanas practicaba la esgrima en una sala caja y montaba a caballo en el jardín
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
No; este bien no me pertenece. ¡No soy el rey de Francia para robarlo!
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
Os amaba hagas el extremo de dar por vos toda mi sangre fotos a gota, toda mi carné jirón por jirón, toda mi eternidad hora por hora
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
jAh! Juntos habíamos caminado, ella y yo, durante el primero más hermoso tercio de nuestra vida, cogidos de la mano a lo largo d encantador y florido sendero de la juventud, y he aqui que, llegados a una encrucijada, ella se separa de mí para que sigamos cada uno un camino diferente, que nos irá alejando cada vez más al uno del otro. Y para llegar al término de ese camino, ¡estoy solo, Señor!
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
La historia de un hombre es la historia de todos los hombres: un sufrimiento más o menos largo, más o menos doloroso. La voz de la humanidad entera no es más que un largo grito
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
»Soy un pobre loco por soñar así, en voz alta y publicamente, delante de mis amigos y de mis enemigos, para que mis amigos se entristezcan con mis penas y mis enemigos se rían de mis dolores! »Mi desdicha va a ser una desgracia estrepitosa, un escándalo públi- co! jA partir de mañana me señalarán vergonzosamente con el dedo!
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
¡Mal comenzamos vuestro reinado, porque lo comentáis con el rapto y la deslealtad! Mi progenie y yo nos consideramos liberados con respecto a vos de todo el afecto y todo el respeto que hice jurar a mi hijo en el panteón de San Dionisio
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
He sido indulgente bastante tiempo, conde; ya es hora de que haga saber a ciertas personas que en mi casa doy yo el amo
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
¡Cómo! ¡Una mudanza, una trampilla y un retrato! Pero, amigo mío, con una sola de esas quejas hay bastante para que se deguelle mutuamente toda la nobleza de Francia y de España
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Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
Pensad que he tenido a lo largo de mi vida algo así como entre ciento ochenta y ciento noventa duelos en regla, sin contar las estocadas y los encuentros fortuitos
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La edad de la inocencia