![]() |
Le collier de la reine de Alejandro Dumas
La operación de una ópera nueva preocupaba más las imaginaciones que el tratado de paz con Inglaterra o el reconocimiento de la república de Estados Unidos.
|
![]() |
Le collier de la reine de Alejandro Dumas
La operación de una ópera nueva preocupaba más las imaginaciones que el tratado de paz con Inglaterra o el reconocimiento de la república de Estados Unidos.
|
![]() |
Le collier de la reine de Alejandro Dumas
Y mientras de Charny, pálido de alegría, posaba en ella sus labios, Felipe, pálido de dolor, trataba de ocultarse entre las amplias cortinas del salón. Andrea también había palidecido, sin imaginar lo que sufría su hermano.
|
![]() |
Le collier de la reine de Alejandro Dumas
La reina, tan poética, tan bella, tan fraternal para él, ¿no era más que una coqueta terrible, ansiosa de encadenar una pasión más a sus recuerdos.
|
![]() |
Le collier de la reine de Alejandro Dumas
Tú no crees nada de lo que te digo; pues pregunta - volvió a decir el viejecillo en voz baja y sonriendo únicamente -, pregunta a De Coigny, a De Lauzun, a De Vaudreuil.
|
![]() |
Le collier de la reine de Alejandro Dumas
Comprenderá, Andrea, que no se miente cuando se ha equivocado uno y se es reina de Francia.
|
![]() |
Le collier de la reine de Alejandro Dumas
Ha hablado de la dignidad del matrimonio, de la majestad del trono y de su calidad de madre. ¿Es de una esposa, es de una reina, es de una madre lo que acaba de hacer?
|
![]() |
Le collier de la reine de Alejandro Dumas
Osea que es natural haber obligado a la reina de Francia a pasar la noche en la casita donde el conde de Artois recibe a las coristas de la ópera y a las mujeres galantes de vuestra corte.
|
![]() |
Le collier de la reine de Alejandro Dumas
Así nacen a veces, viven y mueren, en el espacio de unos momentos, las más suaves, las más reales, las más ardientes pasiones. Tienen encanto porque son efímeras; tienen fuerza porque son reprimidas.
|
![]() |
Le collier de la reine de Alejandro Dumas
Sin embargo, la piedad del rey, que había vaciado sus cofres, y la misericordia de la reina, que había agotado sus ahorros, suscitaron el reconocimiento ingenioso del pueblo que consagró con monumentos, efímeros como el mal y como al bondad, la memoria de las caridades que Luis XVI y la reina habían vertido sobre los indigentes.
|
![]() |
Le collier de la reine de Alejandro Dumas
El destino encuentra siempre a gentes fieles que le ayudan a la ejecución de sus designios.
|
![]() |
Le collier de la reine de Alejandro Dumas
Mi infalibilidad sobre este punto es tal que se extiende a los animales, a la materia inerte incluso. Si subo a un carruaje, veo en el brío de los caballos y en el rostro del cochero si volcaremos o si me arrastrarán; si embarco un navío, adivino si el capitán será un ignorante o un testarudo y, por consiguiente, si podrá o no querrá hacer la maniobra necesaria. Evito, entonces, al cochero y al capitán, y abandono los caballos y el navío.
|
![]() |
Le collier de la reine de Alejandro Dumas
Infame - exclamó el mariscal-. ¡Revelar mis ochenta y ocho años!
|
![]() |
Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
¡Pues muere como un malvado que libro a la tierra, muere como un sacrílego, como un infame, muere como un perro!
|
![]() |
Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
Consume la vida como el bruto, trabajando y satisfaciendo las necesidades materiales; gasta el tiempo que va a transcurrir entre el oprobio y la venganza y acuérdate siempre de que el único medio de respetarte todavía y hacerte superior a esos nobles orgullosos, estriba en ser más nobles que ellos.
|
![]() |
Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
Es una cruel, es una criatura sin honra ni religión la que niega al hijo su padre, que es un sostén natural, y condena a la pobre criatura al olvido, la miseria o quizá la muerte, en atención a que ese hijo deshonra las entrañas en que ha sido engendrado.
|
![]() |
Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
¡Oh!, esto es terrible, el que tiene semejantes enfermedades no puede salir de su casa, porque no es decoroso morirse así todos los días delante de la gente.
|
![]() |
Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
Vuelve: ¡Ah!, ¡prefieres el ridículo objeto llamado mujer a la perfección de la humanidad que yo represento; prefieres la vida, que es un fragmento a al inmortalidad ...!
|
![]() |
Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
Tal vez se hubieran salvado a no ser por la coquetería de una mujer; una cortesana los precipita al abismo con su delicado pie. ¡Dios nos proteja!
|
![]() |
Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
¡Andrea, Andrea! Tú me darás una corona; y tú, Lorenza, ven a mis brazos porque deseo que seas amante mía, mi querida. Con Andrea seré poderoso, y con Lorenza feliz.
|
![]() |
Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
Pues en ese caso, ese Acharat, ese Somini, ese marqué sde Anna, ese marqués de Pellegrini, ese José Bálsamo ¿sois vos?
|
Salambó