El conde de Montecristo de Alejandro Dumas
No hay ni felicidad ni desgracia en este mundo, hay la comparación de un estado con otro, eso es todo. Sólo quien ha sufrido el extremo infortunio es apto para sentir la extrema felicidad. Hay que haber querido morir, Maximilien, para saber cuán bueno es vivir.
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