Le collier de la reine de Alejandro Dumas
Sin embargo, la piedad del rey, que había vaciado sus cofres, y la misericordia de la reina, que había agotado sus ahorros, suscitaron el reconocimiento ingenioso del pueblo que consagró con monumentos, efímeros como el mal y como al bondad, la memoria de las caridades que Luis XVI y la reina habían vertido sobre los indigentes.
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