Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
¡Ah!, monseñor, así me sucedió una vez en el año de 1399, verificando un experimento con Nicolás Flamel, en su casa de la calle de los Escribanos, junto a la capilla de Santiago. El pobre Flamel estuvo a punto de perder la vida, y yo perdí veintisiete marcos de una substancia más preciosa que el oro.
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