Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
Versalles, frío y con imponente majestad, cuyos gigantescos árboles comenzaban ya a secarse y perecer de ancianidad, penetró a Gilberto de ese sentimiento de religiosa tristeza, que ninguna inteligencia bien organizada puede evitar en presencia de las grandes obras, erigidas por la perseverancia humana, o creadas por el poder de la naturaleza.
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